Estaba hablando con una persona y lo típico de ¿qué tal estamos? y la respuesta que le he dado ha sido la de “como un termómetro de Galileo”. Aunque la respuesta ha sido espontánea nos ha encantado a ambas la definición, así que voy a tratar de desarrollarla un poco :)
Primero de todo, el termómetro de Galileo consiste en un tubo de cristal cilíndrico lleno de un líquido con un coeficiente de dilatación mayor que el del agua (una mezcla de hidrocarburos) y dentro un conjunto de ampollas de cristal de distintas medidas que contienen agua o alcohol teñido. Depende de la temperatura que haga, la disposición de las ampollas de cristal es una u otra debido a la modificación de las densidades de los líquidos.
La equiparación pues entre las emociones y el termómetro de Galileo, vendría a ser que cada una de nuestras emociones corresponderían a las ampollas dentro del cilindro, la temperatura nuestro entorno (nuestro trabajo, las relaciones con otras personas, etc.) y el líquido del cilindro nuestro cuerpo evolutivo. En el conjunto de los 3 tendríamos pues nuestro estado emocional.
La temperatura es un factor que no podemos controlar, de repente hace frío (conflictos) y de repente calor (acuerdos, buenas noticias, tranquilidad, paz, etc.). La densidad del líquido del cilindro sería nuestro trabajo interno, su densidad sería una u otra dependiendo de lo atentos e identificados que estamos de nosotros mismos y las ampollas cada una de las emociones.
El conjunto hace que prevalga una …