Anteayer por la mañana pillé la moto y empecé un viajecito con mi nuevo juguete (equiparable según insinuaciones de mis familiares a una metralleta, por su potencial mortífero).
Con 124,1ccc hice el trayecto Barcelona Olot pasando por la C-17 y la C-37 en apenas hora y media. La moto no permitía subir a mas de 80km/h ya que empezaba a temblar todo, con la consecuencia de que se me adormecían los pies además de una incontrolable vibración en la entrepierna.
Era la primera vez que hacía un viaje así, en las últimas semanas sólo había hecho el trayecto de casa al trabajo y del trabajo al hacklab, siempre por dentro de la ciudad y salir a la carretera con un nuevo vehículo prometía un paquete de nuevas sensaciones que no se tienen al ir encerrado en un coche con el aire condicionado o la calefacción.
Mi primera impresión es que era como bajar esquiando una pista roja, su dificultad no era excesiva, pero implicaba cierta concentración y con el aliciente de no tener que parar cada 3-5 minutos para coger el telesilla/telearrastre, con el desgaste físico que esto implica. Al llegar a puerto me dolían un montón los brazos!
Para aquellos que no sabéis qué se siente al bajar una pista roja, os lo cuento un poco por encima, aunque os recomiendo aprender, que nunca es tarde.
Lo primero de todo es el aire que caricia tu cara, aunque iba con el casco integral entraba aire (a la vuelta descubrí …