Los días lluviosos se desvanecen entre otros mas luminosos y calurosos, empieza un jugueteo entre ambos haciendo un azar controlado por las corrientes de aire que forman gigantes nubes que trasladan agua en forma de gas de una región a otra, compartiendo sus olores y recuerdos de antiguos viajes.
El sol intenta evaporar las gotas de agua que se preparan para realizar una feroz carrera efecto de la gravedad, muchas de ellas mueren en el intento y se acercan al astro para mas tarde caer en otro sitio mas lejano.
Los días lluviosos, enrabiados, lanzan feroces relámpagos que hacen temblar el cuerpo.
Los seres humanos que viven sobre la faz de la tierra, viven sus frenéticos días bajo extraños aparatos que trabajan día y noche para tener en la llanura la misma temperatura de una profunda cueva en las grietas de una inmensa montaña. Ignoran que a su alrededor sucede un ciclo que se inició antes que nuestras mentes tuviesen la capacidad de descubrir su existencia.
Los colores se vuelven mas vivos, los grises se convierten en flamantes verdes en los árboles, azules en los reflejos del agua, rojos en las grosellas y amarillos en la tierra.
La gente sale a la calle y se unen entre unos y otros celebrando el cambio del tiempo y de sus sentimientos íntimamente atados a la madre naturaleza. La gente se manifiesta por las decisiones tomadas en oscuros despachos que sólo animan al afán por el poder y el dinero, estos son reprimidos …