Proyecto tupper

No puedo irme a dormir sin antes contar lo que ha pasado hace apenas tres horas en casa.

Esto que estábamos mi hermano y yo preparando los tuppers de la semana, para reducir coste, tiempo y trabajo y aumentar en efectividad, como nos era igual y sospesándolo salíamos ganando, decidimos preparar los tuppers un día a la semana para el resto de la semana. Esto implica comer lo mismo de siempre durante una semana durante la comida.

En casa siempre el plato que variaba era la comida, y por la cena teníamos a comer pan con tomate y embutido y un trozo de carne.

Decidimos girar pues la tendencia y ser la comida la repetitiva y la cena la distinta, ya que no era complicado ir a buscar alguna cosa que te apetecía para cenar antes de encerrarse en casa, además cocinar es una magnífica terapia anti-estrés.

Mientras estábamos metiendo el arroz y el condimiento (a base de manzana, atún, jamón dulce y aceitunas, a una proporción de 1/3 exacta), para aumentar efectividad y terminar antes el trabajo hemos hecho una cadena y mientras uno ponía el arroz dentro los tuppers el otro metía el condimiento. Para no tener que esperar a que el otro terminase hemos calculado a ojimetro el numero de raciones resultantes y los tuppers necesarios.

Al iniciar la tarea todo ha sido perfecto, hasta el punto que hemos mirado la situación, estamos empaquetando la comida del resto de la semana, que vamos a comer lo mismo todos los días, que durante la cena como salimos vamos a cualquier parte y comemos cualquier cosa y que los tuppers con el condimiento encima del arroz o debajo del mismo tenían una pinta estupenda o terriblemente horrorosa.

Tal situación absurda, cruda realidad de hallar la forma de ahorrar ante la amenaza de una crisis la cual los dos hemos salido afectados por un ERE, nos ha hecho saltar a ambos las lágrimas de los ojos, porque los mejores momentos se tienen con otras personas.

Una vez oí, recesión económica es que mi vecino se quede sin trabajo, crisis económica es que yo me quede sin trabajo.