Una perseida puede ser más pequeña que un grano de arena y pesa tan solo 0,07 gramos.
Esta noche mientras estoy escribiendo estas líneas en este blog estamos siendo rociados con miles de perseidas, pequeñas partículas que provienen del paso de un cometa próximo en la atmosfera de nuestro planeta (en este caso el Swift-Tuttle. El periodo de este cometa, es decir, el tiempo que tarda en dar una vuelta alrededor del Sol, es de 135 años). Esto provoca las conocidas lluvias de estrellas, las cuales muchos supersticiosos aprovechan por lanzar su mantón de pequeños deseos (quiero ser rico, quiero que la vida me vaya bien, quiero vivir la vida, no quiero morir joven, quiero ser invisible para todos los radares que pone la policía, y miles de deseos materiales, ojalá la gente aprendiese de la pelicula interestatal 60 el deseo: “una respuesta”).
Pero muchos supersticiosos, amantes de los eventos del cielo y demás curiosos en el caso de que habiten en una zona densamente poblada habrá tenido problemas para visualizar correctamente tal evento y tendrá que haberse desplazado varios quilometros. ¿Porqué? se conococe mundialmente que en las zonas densamente pobladas todos los tipos de contaminación causan varios problemas. Uno de ellos es la contaminación lumínica, la cual provoca que no pueda ser posible la visualización de eventos tales como las lluvias de estrellas.
Así que voy a intentar sacar la cabeza por la ventana, mirar al cielo y si la contaminación lumínica me lo permite, contemplar en silencio mental y físico la desintegración de lo que en un tiempo pasado fué parte de un cometa que ha viajado dónde el ser humano aún no ha llegado. Llegará tal día? no lo sé… tendremos que esperar…