Hace ya unos meses que me he vuelto a fijar en el ajedrez, rompiendo la larga temporada de varios años sin hacer una partida.
Todo salió en Diciembre-Enero, cuando aún estábamos en La Rimaia I, cuando de repente en un rincón había un tablero de ajedrez de unos 40×40 centímetros, pero sin trebejos. Decidí ir a buscar unos, pero por falta de tiempo no pude hasta finales de Enero, estos trebejos apenas duraron 15 días, ya que a principios de Febrero tuvimos que salir de ahí.
Más tarde, un día que estaba sola en el hacklab de la otra carbonería, tratando de poner un poco de orden, encontré encima de una mesa un libro muy leído y que había estado en boca de muchas personas hace unos años, como no me gusta lo que le gusta a la multitud (sea por puro discordianismo) en aquel entonces ni me había fijado en el libro, ahora que casi nadie hablaba de él, decidí cojerlo y leerlo con tranquilidad en casa.
Lo mejor de esta biblioteca es que todos los libros son libros que han traído los vecinos para que otros puedan leerlos, hay muchos libros que tienen poco interés literario pero de vez en cuando te encuentras “joyas” como el libro que estoy leyendo actualmente, el ocho. Y pongo el joya entre comillas porque anteriormente he leído otros libros que me han acabado decebiendo.
Uno de los motivos por los que dejé de leer literatura es que leer libros de la biblioteca era un rollo, ya que tenías que hacer como una especie de carrera para leerte los libros en 15 días y no me gustaba.
Así que cuando tengo un momento de tranquilidad (muy escasos últimamente), voy pasando la mirada por encima de cada una de sus líneas, dentro de las cerca de 800 páginas.
Este libro cuenta la historia de un cursioso ajedrez, que según se dice fue tallado por los masones, a este ajedrez de le atribuye unos poderes místicos que hace que sea necesario hacer un pacto de sangre para jugar una partida con sus trebejos repletos de piedras preciosas.
La historia transcurre de 1790 hasta 1970 aproximadamente y cuenta la historia del ajedrez conocido como el ajedrez de Montglane, en motivo del sitio dónde fue escondido durante casi mas de mil años.
En el libro se cuentan varias historias relacionadas con este ajedrez y el fatal destino de aquel que trata de juntar sus piezas esparcidas por todo el mundo.
Cabe decir que el libro engancha y que alargo un poco la hora que voy a dormir para tratar de poder avanzar un poquito mas en esta historia.
Buscando por la red, me preguntaba si el ajedrez de Montglane realmente ha existido, según dicen algunos, es posible que exista y según otros es que se trata de una leyenda. Alrededor del ajedrez hay muchas historias extravagantes y no se descarta que se hayan ganado o perdido guerras tras una partida de ajedrez. Para los Rusos por ejemplo el ajedrez es mas que un juego, es su deporte nacional.
En un foro he visto que hacían referencia a una película que se hizo en 1993 llamada “En busca de Bobby Fischer”, un niño prodigio que a los 7 años descubre el ajedrez al momento que va a en busca de la pelota de beisbol, una serie de emociones hacen que el chico decida convertirse en el sucesor de Bobby Fischer, siendo el mismo entrenador de Bobby Fischer quien enseña a jugar al niño, yendo un poco mas allá del tablero.