El poder se desvanecia en milisegundos, convirtiéndose el conocimiento en dinero y el dinero en poder, pero por incertezas del mundo físico, chistera de mentiras, políticos y demás factores comunes, parecía sufrir un cambio radical, como si los flujos de datos se mezclasen entre partículas carbònicas convirtiendo lo que en un mundo igual, emogénio regnaba, en oscuridad, desorden y violencia.
Los píxels de las calles se dibujaban en la pared, los tubos catódicos del monitor cortaban el aire como lo hace una bala en el cuerpo de un niño.
El tiempo parecía aturarse, las muescas del reloj estaban quietas como un animal pedrificado dentro el mimbre, en su tiempo, libre y vivo, hasta que la resina de un viejo árbol se apoderó de su vida arrebatándole cualquier tipo de intento de escapatoria; la vida es sólo por una vez, un aliento que se puede desaparecer en un santiamén. Pero debido a un poder robado a la madre naturaleza era capaz de jugar con el tiempo avanzando y retrocediendo como el scroll del ratón, sentimientos del pasado y ambiciones del futuro restaban en suspensión como el humo del tabaco.
La pequeña sala estaba llena de cables eléctricos y de red colgados estratégicamente en la pared creando un ambiente underground perfecto.
La música estallaba con fuerza y cada BMP resonaba en la sala distorsionandóla hasta tal punto que la luz y las paredes se unian en una creando un nuevo estado entre sólido y gasoso, este plasma travesava mi cuerpo como los fantasmas que nos provocan el miedo y las sensaciones oscuras que hacen que nos convirtamos en seres monstruosos con falsas ideas de control del mundo en qué vivimos.
Queremos ser libres, pero estamos atados a un sistema que nos dicta en cada momento dónde tenemos que estar, qué debemos hacer, cómo debemos actuar, comiéndonos cualquier intento de autopensamiento; la televisión, la radio, la premsa escrita, nos llena nuestra cabeza de pensamientos impuros, ensuciando las blancas páginas de nuestro pensamiento; guerras, crueldad, racismo, leyendas urbanas; así nos hacen ver el mundo, intentandonos vender que realmente estamos mucho mejor que otra gente, obligandonos a creer que somos libres; maldita falsa libertad!
Qué es libertad? Andar por la calle con la continua vigilancia policial y de cameras de videovigilancia? Y esto, para qué?
Nos venden esta vigilancia a favor de nuestra seguridad, que si el terrorismo esto, que si el terrorismo lo otro, pero no es nada mas que control! Señores, George Orwell tenía razón, fué en cierta forma un profeta de nuestra era.
Falsa democracia, antes de que se convoquen las siguientes elecciones unos cuerpos oscuros y anónimos deciden nuestro futuro como quien truca las cartas del póker.
Un destello de luz llena la pequeña habitación haciendo que las sombras de los cables corten la ténue luz formando una espécie de habitación con miles de cables neuronales, a fuera un relámpago y a continuación un trueno a tempo con la música, de repente todo queda en silencio, un silencio que se hace eterno, de repente, unas guitarras lo rompen como lo hace el hielo de un glaciar, provocando un gran salpicadero rompiendo la estabilidad de la tranquilidad que regna en el polo.
La sala de vuelve roja, el salvapantallas de uno de los monitores se activa, este arde como lo hace la furia en el cuerpo de los hombres, que provoca que se maten entre ellos con absurdas guerras para demostrar quién tiene el poder absoluto.
El poder absoluto está en la red, y este está en manos de quien domina el medio; invisibles seres se pasean por el cableado, miles de cables en paralelo cubriendo zonas de varios cientos de quilómetros, pasando desapercibidos por qualquier tipo de IDS, saltando de terminal en terminal, de switch en switch, de router en router, como quién de pasea por el salón de su casa, pero a una velocidad de vértigo, cienmil veces mas rápido de lo que lo hace la luz que viaja por el espacio de constelación a constelación, convirtiendo el tiempo en un fiel aliado.
La noche pasaba y con la noche el día, la luz se filtraba por una pequeña brecha en los peldaños de la persiana creando rayos de luz sólidos como el acero, desplazándose lentamente por el aire hasta llegar a mi cara despertándome del intenso sueño lleno de emociones y pensamientos.