Reflexionando sobre las alternativas: ¿deben profesionalizarse?

A todo el mundo le gustan los productos y servicios de proximidad, el concepto de algo producido aquí mismo, sin intermediarios, con una atención inigualable, es genial y casi siempre tenemos que ir a buscar éste trinomio a las alternativas, pero normalmente estas pecan o por caras o por poco fiables.

Llevo ya muchos años en el entorno de movimientos sociales que es básicamente donde nacen las alternativas, pero muchas, algunas con un gran potencial, se quedan a medio camino y básicamente por no saber salir del entorno donde se crearon y por miedo de tomar lo necesario del llamado capitalismo contra el que se intenta luchar.

El sistema capitalista puede gustar mas o menos, puede ser bueno o malo, pero hay una cosa clara, y es que éste funciona y por muy en contra que estemos, ahora es lo que rige éste planeta.

En las alternativas, se tiene miedo al momento de pedir de cobrar por alguna cosa, algunos le cambian el nombre y lo llaman aportación económica, kafeta, etc. otros lo disfrazan con otro tipo de moneda (moneda social) no controlada por los malos malotes que hay en el gobierno y en los bancos (si, éstos que nacieron única y exclusivamente para joder al grueso de la sociedad).

La realidad de ésta farsa de autoengaño sólo consigue una cosa, que las alternativas se basen en un voluntariado. Personas que tienen sus trabajos “en el sistema” que destinan su poco tiempo libre. Las que no tienen sus trabajos “en el sistema” acaban viviendo muchas veces por debajo del umbral de la pobreza, sin apenas ingresos ni ningún tipo de cotización… ¿y cuándo no puedan trabajar más? ¿entonces qué? ¿habrán sido lo suficientemente listos para hacerse con un “cojín” económico para poder subexistir económicamente los últimos años de sus vidas?
Me sabe mal parecer dura, pero según lo que he ido viendo, no, y no porque sean gente tonta, sino porque no consiguieron, ni consiguen suficientes recursos económicos para hacerlo, y las patatas en un año se pudren…

Hace pocos días he tenido que hacer la limpieza de un servidor de correo que fue una de las primeras alternativas reales a los correos electrónicos de grandes empresas como hotmail, yahoo y google, además de que el servicio era ¡gratuito e ilimitado!.
Durante los primeros años había recursos económicos para financiar el proyecto, pero estamos hablando ya de un proyecto de más de 13 años y la financiación inicial que hubo no se mantuvo a lo largo del tiempo. El proyecto durante muchos años se ha sostenido gracias al voluntariado, administradores de sistemas profesionales, normalmente anónimos y/o llevados al olvido con el paso del tiempo, que en su tiempo libre se han encargado, de forma gratuita o a cambio de una asignación de risa (que se ha preferido destinar en infraestructura) del funcionamiento día tras día durante todos estos años de éste servicio.
Unas estadísticas: del 100% de las cuentas, sólo un 10% indicó qué acción tomar con su cuenta, y tan sólo un 5% decidió realizar un pago por seguir percibiendo el servicio. Ergo, un 90% había dejado de usar el servicio sin decírselo a nadie y algunos con el “cambio de política” consideraron que el proyecto ya no era un proyecto afín… (éstas más de 1000 cuentas borradas ocupaban espacio en disco, recursos en el servidor y tráfico de red) La filosofía del proyecto no ha cambiado en absoluto, si lo ha hecho pero la forma de financiación del mismo: “un usuario que percibe un servicio, debe aportar/pagar por él”. ¡Y estamos hablando de 1€/mes!

Con otro proyecto, guifi.net, nos encontramos con algo similar, voluntarios que aportan de su bolsillo su tiempo y dinero para desplegar y mantener la infraestructura, y separo desplegar y mantener porque son dos fases totalmente distintas.
Normalmente en lo que es el despliegue si que se entiende que se tiene que aportar un dinero para comprar el material, pero el usuario supone que aquel material una vez comprado va a funcionar hasta el fín de los días y tener que hacer una aportación económica al cabo de uno, dos o tres años o preocuparse por la salud del proyecto, es mucho mas engorroso que cambiar de operador de Internet e irse a los operadores convencionales.
Por supuesto, mucha gente deja de usar guifi.net porque la red al cabo de unos años deja de funcionar y muchos usuarios ni se preguntan el porqué ni se dan cuenta de que quien está manteniendo su zona es un voluntario.
Por suerte, en guifi, en los últimos años están apareciendo los llamados microISP que sobre la red wifi ofrecen los mismos servicios que ofrecen las operadoras convencionales, construyendo por fin una alternativa REAL basado en el uso comunal de una infraestructura de telecomunicaciones y en el aumento de tráfico que permite la eliminación de los intermediarios al poder acceder a mercados mayoristas.
Gracias a la eliminación de los intermediarios y al crecimiento de estas empresas, cooperativas y asociaciones, es posible plantear y efectuar incluso el despliegue de fibra óptica, convirtiendo éste proyecto en además de una alternativa real en una alternativa éticamente, económicamente y técnicamente competitiva.

El debate que quiero abrir es, ¿pueden y deben profesionalizarse las alternativas? ¿al profesionalizarse las alternativas, dejan de ser “las alternativas”?

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